Desde hace tiempo
he querido exponer mi opinión personal sobre un BOOM que se ha puesto de moda
en este país, y es el bombardeo constante de producciones cinematográficas
criollas escritas, filmadas y hechas en la República Dominicana.
Uno de los
primeros en incursionar en este genero fue Ángel Muñiz en 1995 con su película que
se noto que hubo esfuerzo, tiempo y dedicación “Nueya Yol” protagonizada por el
fenecido Luisito Martí. Después siguió “Nueya Yol III”, “Perico Ripiao” y “Ladrones
a domicilio”.
Le siguieron Robertico
Salcedo con sus películas, “Un Macho de Mujer”, “Mi novia esta de Madre”, “Megadiva”
y “Profe por accidente” entre otras y demás productores o directores de TV que decidieron experimentar en el mundo del Cine.
Pero, últimamente hemos
tenido que chuparnos numerosos e insistentes CLAVOS de películas tanto de
Archie López como de Alfonso Rodríguez que según ellos se consideran Directores
de Películas. Yeah Right!
En fin, la función
de este escrito no es sacarle el pedigree cinematográfico de estos
auto proclamados directores de cine, sino lo que hacen con el cine en si.
Solo hay que ver
los primeros cinco minutos de una película de Archie López para que te
bombardeen con una caterva de anuncios publicitarios que jartan y te distraen
tanto que no logras asimilar el contenido de la película, ya que de repente se
te aparece un letrero de Orange en la pantalla seguido de una valla de Presidente, después una ráfaga de publicidad que aunque es necesaria para el sustento económico
de la película resulta agobiante hasta desesperante.
Estos que se
hacen llamar directores han cogido el arte del cine como lo que ellos creen
que es, UN NEGOCIO. No les importa que el guion sea mediocre, que la película tenga
baches en la edición, que la historia sea tan estúpidamente ridícula que ralle en lo absurdo. No importa, porque
lo que ellos necesitan es hacerse ricos aunque la cinta sea un tollo.
A todo esto,
personas que saben de cine, que tienen cuchumil años en el negocio de la cinematografía,
les critican sus películas ellos ponen el grito al cielo alegando que aquí nadie
apoya el cine dominicano y bla bla bla.
Claro, tienen que sangrar por la herida para no perder a sus patrocinadores que
le dan los cuartos para que hagan su TOLLO.
Cuando usted vaya
a hacer una película, HÁGALA BIEN! De lo contrario NO LA HAGA.
La persona que
ama el cine, como yo, cuando paga su dinero para ver una película, lo paga para
ver algo bueno no una porquería saturada de anuncios y gente fea actuando malísimo.
Lo que esta mal
hecho, hay que decirlo: el cine de este país APESTA! Y APESTA porque no se
esta tomando en serio. Aquí en dos meses ya se hace una película y eso es un
relajo.
Que el cine
dominicano tiene futuro? Claro! Para aquellos que lo toman en serio no para los
que lo cogen como un medio para hacerse ricos.
Hay muchas películas
buenas dominicanas, “Nueya Yol” fue una, “Un pasaje de ida” (1989) de Aglisberto Melendez, “Andrea”, y
hasta “La decisión de Ana”, pueden dársele su crédito. Son producciones que se nota que se le puso
esfuerzo y dedicación en los detalles aunque no sean la gran vaina, pero es
algo.
Eso es lo que
queremos que pase con el cine de aquí. Pero mientras existan estos señores que
se dicen ser Directores de cine que privan en que se la están comiendo nos
tendremos que conformar con ver buen cine, pero de otros países, porque aquí lo
que hay con el cine es un RELAJO.
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